Y termina ya pronto el año escolar.
Y abrés
la libreta de calificaciones como si te desayunases con la cruda realidad sin
anestesia.
Y ves
las notas, esas que calculabas que te darían los profesores, porque vos
hiciste mucho esfuerzo desde hace un par
de semanas.
Y te
dijiste en marzo “Este año no voy a llevarme materias, voy a empezar a hacer
las cosas bien.”
Y
compraste los útiles, carpetas, folios, limpiaste tu escritorio.
Lleno
de buena voluntad , “the-good-will-man”, te propusiste cambiar la manera
de estudiar.
Y
estabas super convencido.
Aunque
tu madre seguramente como si fuera el cuento del lobo no te creyó ni un ratito.
¿Creías
que el entusiasmo alcanzaría?
Porque
era cierto, lo ibas a hacer. Ibas a sentarte con las carpetas. Ibas a copiar
las tareas, o pedirlas, lo ibas a hacer…
Pero
otra vez mirás las notas, mirás tu mochila, bunker descalabrado de hojas
sueltas, desesperándote por encontrar el papelito donde anotaste la fecha del
examen.
Estabas
súper seguro que era el jueves, no hoy!
Y los
que reían a carcajadas con tus bromas? Y los que incitaban a que hicieras lío
en los recreos? Dónde están ahora? Ellos se escapan, ya no les divierte tu
caos.
Convencido
de que sos un tipo de mala suerte hoy te invade la angustia, porque ni siquiera
tenés energía para enojarte.
Vergüenza?
Bronca? Miedo?
Ya
ningún cuento,en lo que sos experto, te salva.
Del
repertorio de excusas y cuentos, tenés muchos:
Lo vas
a hacer la semana próxima, así lo completás mejor.
Te van
a venir a explicar a tu casa, pero este fin de semana se enfermó el perro.
Tenés
sueño.
Tenés
novia.
Jugás
al fútbol.
Estás
cansado, mucho estrés levantarse temprano!
Primero
una siesta, después comer algo, no sea cosa que te haga mal estudiar con el
estómago vacío! Y cuando arrancaste llega tu hermanita y te desconcentra.
Llamaste
varias veces al profesor y no contesta nadie.
Diste
con el profe, pero ya no tiene horarios, el muy inútil! ¿A quién se le ocurre
ser profesor y dejar al que necesita dar un examen al día siguiente esperando
una semana?
Te
parece que estás con fiebre…
Te
parece que te duele la espalda…
Hoy te duele la cabeza, mañana es la final de la
copa Libertadores…..
Excusas,
mentiras, historias que ni vos ya creés.
Y
llegaste a la misma meta que el año pasado.
Contra
las cuerdas otra vez con el colegio en la garganta y tu madre en la nuca
respirándote de cerca.
O tal vez la facultad, en todo caso que sigas
zafando, y pases de nivel como en un juego de Play.
Y vos
sabés que algo pasa, porque no te basta que te lo digan los profesores. Sos
inteligente…si tan solo te sentaras….si solo estudiaras un poquito….si solo…..
Sí, te
quedaste solo y no sabes donde está la salida.
Llega
pronto diciembre y en tu casa es época de huracanes.
Y estás
harto.
Entonces…?
No será hora de pensar si en vez de un vago, un cómodo, un dejado, un
mentiroso, no tendrás TDAH?
Norma
Echavarria
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