viernes, 8 de abril de 2016

Que hacemos si los distraídos son los maestros?

Si tienes un hijo en edad escolar, nivel inicial, o terminando el secundario, probablemente hayas atravesado varios años de sufrimiento acompañando a tu hijo a pasar de año.

Llanto, maestros particulares, fines de semana guardados sin salir, castigando así una dificultad por el desconocimiento.

Este mensaje es para despertar conciencia en docentes que no ven lo que sucede frente a sus narices. Y en los padres y madres de familias que siguen peleando.
No es un ataque hacia los maestros sino mas bien una reflexión para que hagan foco y concentren su atención en lo trascendente del rol que ocupan. Y que cambien.




No todos los docentes son iguales, pero son la excepción y no la regla.

Ser docente es una elección tan altruista como la de los que elegimos ser profesionales de la salud. Daremos a diario en nuestro trabajo no solo lo que sabemos hacer, sino la oportunidad de que, quienes estén bajo nuestros cuidados, aprendan lo importante que son como personas.

Ni padres, ni alumnos pueden elegir a sus maestros, ellos tampoco parecen elegir cuales serán sus alumnos.
Pero sí podrían elegir hacer algo diferente con los que presentan dificultades.

Los colegios deberían buscar a los docentes más capacitados, no solo académicamente, sino los capaces de reciclarse, de abrir su sensibilidad y tomar conciencia que son artífices de gran parte de la construcción, en sus alumnos , de quienes serán como personas.

Muchos pueden elegir a sus médicos, terapeutas, psicopedagogos. Eso hace que si no les gusta el trato o los resultados, elijan llevarlos a otra parte.

Veo a diario el derrotero de familias, que son incomprendidas, ignoradas, culpabilizadas y muchas veces abandonadas, por la falta de capacitación en los docentes que sostienen un sistema educativo del siglo XIX.

 Niños rotulados, no por el diagnóstico de lo que les suceda, sino por la mirada de ignorancia de sus maestros.

No saber cómo verlos, cómo ayudarlos a integrarse, o a "aprender "cuando requieren adaptaciones genera un enorme daño.







Entonces los niños/as tímidos bajan la mirada y piensan que no merecen ser amados, mientras los hiperactivos y desafiantes son condenados y desterrados a la suerte del destino de la mano de un pase.

"Es todo lo que nosotros podemos hacer por él"... No tenemos las herramientas para trabajar con niños como ....Pedro, Juan, Andy, María.... Pobrecitos si no tienen padres guerreros.

No se me ocurriría  la escena de que en una sala de emergencias, los médicos descarten algunos pacientes, para que su familiares busquen por las suyas quienes podrían ocuparse de sus casos.

No deberíamos ponernos de pie, y empezar a reclamar que los profesorados tengan la obligación de incluir capacitar mas allá de los contenidos tradicionales? ( Que de por sí son paupérrimos) No deberían tener los que enseñan mas años de estudio?

Tenemos hoy muchísimos docentes analfabetos tecnológicos, rodeados de niños y adolescentes nativos cibernéticos.
Un buen ejemplo de la pasividad de quienes tienen puestos asegurados a perpetuidad por un sistema mediocre.
O docentes que pasan de licencia en licencia, sin importarles que es un acto corrupto y lleno de consecuencias.
Conozco docentes que planificaron una clase y la repitieron por años sin ningún cambio.

Tal vez la ventaja de tener 5 hijos en la misma escuela puede ser desventajoso en algunos casos.

Muchos niños inquietos que tienen capacidades múltiples no llegan a fortalecer sus dificultades ni a expandir sus fortalezas. Muchos niños callados y desatentos, creativos y brillantes jamás salen de su mente para recibir un premio. Viven aislados porque nadie es capaz de motivarlos, ni de traerlos de vuelta.

Si queremos cambiar el futuro para nuestros hijos con TDAH, o Dislexia, o Tourette, o Asperger, o Ansiedad Social, etc.. deberemos reclamar que el enfoque de la Educación de nuestro país cambie.
Que se incluya la neuropsicoeducación y se actualicen viejos juicios freudianos obsoletos que solo desarrollan hipótesis que representan un erudito intento de esconder la ignorancia.

Si queremos niños que aprendan debería existir una instancia mas seria que examine anualmente los conocimientos de quienes van a estar al frente de la formación de nuestros hijos.

Pues los concursos están basados en evaluaciones que obviamente miran hacia otra parte.




Los docentes deberían atravesar exámenes psicológicos que permitan garantizarnos a los padres que nuestros hijos están en contacto con adultos sanos emocional y psicológicamente.
Muchos quedarían afuera.
No es excusa tener demasiados alumnos.
Si esas son las condiciones que exijan un auxiliar, o elijan otro trabajo.
Sus intervenciones son casi más cruciales que las de los médicos, pues es diario el contacto con los chicos, moldean sus personalidades en clase.

Los colegios deberían de ser auditados, para garantizar que están en condiciones de ser habilitados. No estamos en la época del pizarrón y la tiza como el todo, ni de patios despoblados de juegos, de espacios recreativos, de recreos seguros y divertidos.

Cuando un maestro grita a un alumno que copia lento, o se ríe cómplice junto a quienes le burlan, debería ser sancionado y enviado a realizar tareas comunitarias, mientras cumpla la condena debería no cobrar sueldo, o pagar una multa en caso contrario.

Y no exagero, pues me sobran testimonios de historias de quienes los zamarrean, o los toman del brazo dejándolos afuera del aula, como una muestra de su pedagogía del medioevo, y el mensaje de rechazo.


Cuando un maestro afecta la dignidad de un niño, enfatizando su fracaso frente al resto debería ser apartado de su cargo de por vida.
Muchísimas veces escucho como son puestos en evidencia cuando aún sabiendo que su timidez extrema los bloquea, repiten en su ignorancia, que así van a curarse del miedo. Y los llaman a dar lección oral, rasgos de perversidad por cierto.



Ignoran en estos casos nuestros pedidos de evaluación escrita, y los desaprueban cuando deberían ser ellos los aplazados.
El argumento es que es necesario que aprendan.

No saben que no es que NO quieren, NO pueden!


Con ese criterio podrían dejar un alumno en sillas de rueda frente a las escaleras, en algún momento tal vez crean que logrará hacerlo.

Ignoran, olvidan, se muestran reticentes a la intervención de profesionales que trabajamos en equipo para hacer el aprender algo menos traumático.





Tengo pacientes adultos, que aún hoy conviven con las pesadillas nocturnas del colegio, y los maestros. Películas de terror para el resto de sus vidas, grabadas por la negligencia e irresponsabilidad de quienes estaban a cargo de acompañarlos en el aprendizaje.













Los padres no estamos en las aulas.
Los profesionales de la salud tampoco.
Los chicos crecen allí rodeados de obstáculos.

Hay algunos docentes aislados, que pueden capacitarse, cooperar y estar presentes, para ellos un aplauso. 
Pero son mas raros de hallar que un trébol de 4 hojas.

¿No será hora de pedir que sean todos? 

Si estás de acuerdo, si tienen hijos con TDAH, o con Dislexia, por que no nos convertimos en los primeros auditores del cambio?


Poco importa quien comience, a que escuela concurran, lo importante sería armar una red que en lugar de atrapar a nuestros niños los abrace y los conecte con un futuro posible de bienestar y autoestima.
Aprender debería ser un juego divertido.
Si vacunaste a tus hijos para protegerlos, no olvides que muchas veces están expuestos diariamente a algo mucho peor que una enfermedad infecciosa.

Vos, no te distraigas. El cambio empieza cambiando la estrategia.

Campaña por la concientización de los problemas del neurodesarrollo y de la regulación emocional en los alumnos, niños y adolescentes.
No estarás sola como madre, ni como familia si trabajamos todos juntos.


Gracias por la atención y la paciencia.

Norma Echavarria

Presidenta de Athentun
Asociación Civil por TDAH

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