jueves, 17 de enero de 2013

Estar presentes en cada momento


Vi una tarjeta de San Valentín que mostraba a una pareja besándose en el asiento delantero de un coche. El mensaje decía: "Si usted puede besar mientras conduce de forma segura, usted no está dando al beso la atención que merece."

   Cualquier cosa que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo con todo el corazón. Y la mente. Y el cuerpo.

   Nos metemos en problemas no porque hacemos cosas que están mal, sino porque nos enfocamos en nuestras actividades con intenciones divididas. Nuestro cuerpo está haciendo una cosa mientras que nuestro corazón está en otra parte. Vamos a puestos de trabajo donde preferiríamos no estar, dormimos con personas que no amamos, vamos a fiestas que, en secreto, consideramos aburridas, hablamos por celular o mandamos mensajes de textos tratando de conectarnos con un otro, mientras estamos compartiendo un almuerzo o una conversación con alguien a quien desatendemos.  Al mismo tiempo, amamos a personas a quienes no le expresamos nuestro amor, nos negamos a nosotros mismos alimentos que realmente nos gustan, tenemos impulsos creativos que no seguimos, conocemos verdades sobre las que no actuamos.

  Tengo una definición muy simple de la integridad: una persona es íntegra cuando lo que está haciendo en el exterior coincide con lo que es por dentro. Conozco gente que hace cosas con las que no estoy de acuerdo, o que yo no haría, pero yo los respeto por ser 100% lo que son. Ellos son íntegros.

   He leído un artículo fascinante en US Today sobre el “multi-tasking” o “multi-tarea”, el proceso de hacer varias cosas a la vez.....